"La incomprensión del presente nace fatalmente de la ignorancia del pasado. Pero quizá sea
igualmente vano esforzarse por comprender el pasado, si no se sabe nada del presente" M. Bloch

sábado, 8 de mayo de 2010

Para ver: documentos de la Revolución Rusa

A los interesados en leer fuentes primarias de la Revolución Rusa (1917), les informo que desde el foro 1y2gm comienzo un trabajo en el que iré incluyendo poco a poco todos los documentos de los que sobre el tema dispongo. Podéis verlo haciendo click aquí.
Igualmente los iré incluyendo en este mismo Blog, empezando más abajo. Pero probablemente el trabajo del foro estará más completo al contar con los aportes de algunos compañeros.

Principalmente se trata de extractos del libro Rusia: revolución y contrarrevolución. 1917-1924, de John Daborn, pero vendrán seguramente también de más fuentes, que expondré cuando sea pertinente. Daborn a su vez extrae los documentos de otras fuentes de por lo general fácil acceso, que por supuesto citaré en cada caso.

Saludos y que los disfrutéis
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Trotski opina sobre la desintegración del ejército

El ejército ruso había perdido al final de la guerra más hombres que ningún otro ejército que haya participado en una guerra nacional, aproximadamente dos millones y medio de muertos, o el 40% de todas las pérdidas de la Entente (alianza de Rusia con el Reino Unido y Francia). Durante los primeros dos meses, los soldados caían en los bombardeos sin pensar, o pensando muy poco; pero poco a poco adquirieron experiencia, la amarga experiencia de los soldados rasos mandados a ciegas. Averiguaban el grado de confusión de sus generales por el número de maniobras inútiles que realizaban sin suelas en los zapatos, por el número de comidas que no hacían.
De entre este sangriento revoltijo de personas y cosas emergía una sola palabra, el "caos",que en la jerga de los soldados se convertía en un término mucho más crudo.


Leon Trotski (http://www.biografiasyvidas.com)

La infantería, formada principalmente por campesinos, fue la que se desintegró más rapidamente. Por lo general, la artillería, con un alto porcentaje de obreros industriales,se distingue porque acoje mucho mejor las ideas revolucionarias: esto se vio claramente en 1905. Si en 1917, por el contrario, la artillería demostró ser más conservadora que la infantería, las causas hay que buscarlas en el hecho de que a través de las divisiones de infantería, como a través del tamiz, siempre han pasado multitud de hombres nuevos cada vez menos adiestrados. La artillería, por otro lado, al sufrir pérdidas infinitamente menores, mantuvo sus cuadros originales. Este mismo fenómeno se observó en otras tropas especializadas. No obstante, al final la artillería se rindió también. Durante la retirada desde Galitzia el comandante en jefe dio una orden secreta: azotar a los soldados por deserción y otros crímenes de guerra. El soldado Pireiko relata: "Comenzaron a azotar a los soldados por las ofensas más triviales; por ejemplo,por haberse ausentado unas cuantas horas sin permiso. Y, a veces, los azotaban con el fin de provocar en ellos el espíritu de lucha." Ya el 17 de septiembre de 1915, Koropatki escribía, citando a Guchkov: "Aquellos que pertenecían a las clases más bajas comenzaron la guerra con entusiasmo; pero ahora están agotados, y debido a las contínuas retiradas han perdido la fe en la victoria".
L.Trotski, Historia de la Revolución Rusa, 1973

El presidente de la Duma sobre la campaña bélica

El Ministerio de la Guerra era especialmente débil en materiales de primera necesidad. Aunque carecía de carros, caballos o equipos de primeros auxilios (...) no permitía la intromisión de ninguna otra organización en el campo de batalla. Parecía no haber otra salida que la de poner al tanto de los acontecimientos al Gran Duque Nicolás Nikoláievich (tío del Zar). Le escribí una carta en la que le comunicaba que el entusiasmo patriótico había motivado la colaboración voluntaria de varias organizaciones sanitarias, pero que éstas no podían hacer nada ante la negativa de Evdokimov, jefe de Sanidad del Ministerio de la Guerra... También fui a visitar a la Emperatriz madre, María Fiódorovna, que vivía en la isla de Elagin. Cuando le hablé de la situación se quedó horrorizada. "Dígame, ¿qué podría hacerse?", me preguntó la Emperatriz.
Le aconsejé que enviara un telegrama a Nocolás Nikoláievich instándole a que ordenase cuanto antes a Evdokimov que arreglase las cosas y permitiera a la Cruz Roja ponerse a trabajar. Ella me pidió que escribiese en su nombre dicho telegrama.

Gracias a estos esfuerzos llegó un telegrama, más una carta, del Gran Duque manifestando su apoyo al presidente de la Duma, y declarando que tomaría las medidas necesarias. Evdokimov fue llamado inmediatamente al cuartel general. Poco tiempo después el Príncipe Alejandro Petrovich de Oldenburg fue nombrado jefe de evacuación sanitaria con poderes absolutos. EL Gran Duque me escribió para decirme que él llevaba mucho tiempo insistiendo en la destitución de Evdokimov, pero que no se había podido hacer, porque éste contaba con la protección de Sujomlínov y de la Emperatriz Alejandra Fedorovna. Se rumoreaba que la joven Emperatriz había convencido al Emperador para que mantuviese en el cargo a Evdokimov sólo con el fin de herir a la Emperatriz madre...

Poco después de mi llegada a Varsovia en noviembre (según el calendario juliano) de 1914, me llamó Virubov (V.V.), representante de la Unión de los Zemstvos, quien me pidió que lo acompañara hasta la estación de Varsovia-Viena, donde había unos 18 000 hombres heridos en las batallas que se habían producido cerca de Lodz y Berezina. Allí vi un espectáculo espantoso. En el suelo, ni siquiera un jergón de paja, yacían innumarables heridos, cubiertos de barro y lodo, cuyos lastimeros gemidos y gritos llenaban el aire. "Por el amor de Dios, haga que nos atiendan. Nadie ha curado nuestras heridas desde hace cinco días".

M. V. Rodzianko, "Archiv Russkoi Revolutssi", citado por F. A. Golder, Documents of Russian History 1914-1917, 1964

La parálisis del gobierno del Zar. El presidente de la Duma narra su conversación con el comandante en jefe del Ejército ruso, el Gran Duque Nicolás (tío del Zar); noviembre, 1914
El Gran Duque declaró que se había visto obligado a detener los combates temporalmente, debido a la escasez de munición y de botas.
"Usted cuenta con influencias", me dijo. "Es usted una persona en quien todos confían. Intente conseguir botas para el ejército lo antes posible."
Le contesté que ésto se podía conseguir pidiendo ayuda a los zemtsvos y a organizaciones públicas. En Rusia había mucho material y mano de obra suficiente, pero tal como estaban las cosas, una gubernii (distrito) producía piel, otra clavo, otra suelas, y otra contaba con mano de obra barata. Lo mejor que se podía hacer era convocar un congreso de los jefes de los zemstvos de las distintas guberniia y pedir su colaboración. El Gran Duque se mostró muy satisfecho con la idea.

Cuando regresé a Petrogrado les pregunté a los miembros de la Duma cuál era su opinión sobre la mejor manera de conseguir botas para el ejército. Tras meditar el asunto, decidimos enviar circulares a los jefes de los zemstvos y a los alcaldes de las ciudades. En breve recibimos respuestas muy alentadoras. Previendo que el gobierno podría poner objeciones a la convocatoria de un congreso, decidí tratar el asunto por separado con varios ministros. La idea les gustó a Krivoshein, Sujomlínov y Goremíkin y prometieron apoyarla cuando se presentara en el Consejo de Ministros. Mi entrevista con el ministro Maklákov fue bastante curiosa. Cuando le expliqué que el comandante en jefe deseaba conseguir rápidamente un aprovisionamiento de botas para el ejército con la ayuda de los zemstvos y que, por este motivo, tendría lugar una reunión de los alcaldes y jefes de los zemstvos, Maklákov me dijo: "Sí, sí; lo que me cuenta concuerda perfectamente con la información obtenida por mis agentes"

¿Qué información?

"Según la información de mis agentes, el congreso para tratar las necesidades del ejército tiene como objetivo real la discusión de los problemas políticos y la exigencia del establecimiento de una constitución".

M. V. Rodzianko, "Archiv Russkoi Revolutssi", citado por F. A. Golder, Documents of Russian History 1914-1917, 1964




Informes bolcheviques sobre la crisis alimentaria en 1916

En el condado de Briansk, provincia de Orel, falta harina de centeno, sal, parafina y azúcar. En Briansk, una libra de azúzar cuesta de un rublo a uno cincuenta. El descontento es general y, más de una vez, ha habido huelgas en las fábricas y plantas industriales exigiendo "harina y azúcar". En el condado de Briansk hay un pueblo llamado Star que tiene una fábrica donde se producen objetos de vidrio. Dicha fábrica es propiedad de la compañía Maltsov, que también hace frente a contratos de guerra. Los obreros de esta fábrica se declararon en huelga el 8 de octubre (1916), porque no habían comido pan desde hacía dos semanas, sino sólo patatas: eligieron a dos representantes y los enviaron al director de la fábrica para exigirle harina y azúcar (puesto que la compañía les había prometido conseguir estos productos a precios de antes de la guerra, ya que mantenía los salarios como en la época de paz). El director no pudo dar ninguna respuesta y sólo hizo promesas. Al día siguiente, los dos representantes fueron detenidos con la acusación de ser elementos poco fiables y fueron juzgados según las leyes del estado de excepción; dos días después, los obreros se incorporaron al trabajo pero siguieron sin conseguir el pan. No existe ninguna organización en la fábrica...


(de http://callecombativa.blogspot.com)

Del día 13 al 16 de noviembre estuve en la ciudad de Zhizdra, provincia de Kaluga. Había una terrible carestía de productos de primera necesidad; no ha habido en ningún momento ni harina, ni azúcar, ni queroseno. Desde las aldeas no llega ningún producto salvo heno. Posteriormente viajé por varias aldeas: en todas partes hallé quejas, descontento y un cierto recelo.

Tomado de Alexánder Shliápnikov, On the Eve of 1917, 1982

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