No es otro el nombre del cuadro que se presenta a la cabecera de este blog. Más concretamente, se trata de la obra de Antonio Gisbert Pérez, de 1888, 'El fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en 1831' que tuvo lugar en la Playa de San Andrés (Málaga), sito en la actualidad en el Museo del Prado de Madrid.
José María Torrijos nació en Madrid en 1791. Militar que se destacó en la Guerra de Independencia, fue liberal y contrario al régimen de Fernando VII, rey de España a la sazón, una vez expulsados los napoleónicos. Por ello fue perseguido y encarcelado en 1817 por participar en el pronunciamiento de Lacy. En 1820, tras llegar, con el pronunciamiento de Riego, los liberales al poder, colaboró en política como ministro de la Guerra y capitán general de Valencia. Luchó contra los Cien Mil Hijos de San Luís, tropas francesas que el monarca vecino Luís XVIII envió para reponer a Fernando VII en el poder absoluto, pero fue derrotado en Cartagena y se exilió, prudentemente, en Inglaterra. En 1830 llegó a Gibraltar para promover una insurrección contra el gobierno absoluto. Un antiguo compañero de armas, entonces gobernador de Málaga, Vicente González Moreno, le tendió una trampa invitándole a desembarcar en su ciudad bajo seguro. Una vez visto el engaño, Torrijos y sus 52 compañeros se batieron con desesperación contra las tropas realistas que los cercaban, pero finalmente hubieron de rendirse y fueron apresados en Alhaurín de la Torre el 5 de diciembre y encarcelados en Málaga. El monarca les acusó de alta traición y envió su orden: "Que los fusilen a todos. Yo, el Rey". El 10 de diciembre, en la dicha playa, fueron fusilados al alba, sin juicio previo, incluyendo un joven de 19 años. La memoria popular les hizo homenaje con esta copla: "Si Torrijos murió fusilado, /no murió por canalla o traidor, /que murió con la espada en la mano, /defendiendo la Constitución".
Viendo el impresionante cuadro, la solemnidad en los rostros de los condenados, el cielo que parece llorar la acción de los hombres, podemos leer el soneto que Espronceda dedicó a los héroes:
José María Torrijos nació en Madrid en 1791. Militar que se destacó en la Guerra de Independencia, fue liberal y contrario al régimen de Fernando VII, rey de España a la sazón, una vez expulsados los napoleónicos. Por ello fue perseguido y encarcelado en 1817 por participar en el pronunciamiento de Lacy. En 1820, tras llegar, con el pronunciamiento de Riego, los liberales al poder, colaboró en política como ministro de la Guerra y capitán general de Valencia. Luchó contra los Cien Mil Hijos de San Luís, tropas francesas que el monarca vecino Luís XVIII envió para reponer a Fernando VII en el poder absoluto, pero fue derrotado en Cartagena y se exilió, prudentemente, en Inglaterra. En 1830 llegó a Gibraltar para promover una insurrección contra el gobierno absoluto. Un antiguo compañero de armas, entonces gobernador de Málaga, Vicente González Moreno, le tendió una trampa invitándole a desembarcar en su ciudad bajo seguro. Una vez visto el engaño, Torrijos y sus 52 compañeros se batieron con desesperación contra las tropas realistas que los cercaban, pero finalmente hubieron de rendirse y fueron apresados en Alhaurín de la Torre el 5 de diciembre y encarcelados en Málaga. El monarca les acusó de alta traición y envió su orden: "Que los fusilen a todos. Yo, el Rey". El 10 de diciembre, en la dicha playa, fueron fusilados al alba, sin juicio previo, incluyendo un joven de 19 años. La memoria popular les hizo homenaje con esta copla: "Si Torrijos murió fusilado, /no murió por canalla o traidor, /que murió con la espada en la mano, /defendiendo la Constitución".
Viendo el impresionante cuadro, la solemnidad en los rostros de los condenados, el cielo que parece llorar la acción de los hombres, podemos leer el soneto que Espronceda dedicó a los héroes:
Helos allí: junto a la mar bravía
cadáveres están ¡ay! los que fueron
honra del libre, y con su muerte dieron
almas al cielo, a España nombradía.
Ansia de patria y libertad henchía
sus nobles pechos que jamás temieron,
y las costas de Málaga los vieron
cual sol de gloria en desdichado día.
Españoles, llorad; mas vuestro llanto
lágrimas de dolor y sangre sean,
sangre que ahogue a siervos y opresores,
y los viles tiranos con espanto
siempre delante amenazando vean
alzarse sus espectros vengadores
José María Torrijos y Uriarte (from Wikipedia)
para ver el cuadro a un buen tamaño: click aquí
Fuentes: -Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós, 19.Los Apostólicos, colección Espasa
-Wikipedia
Un saludo
Fuentes: -Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós, 19.Los Apostólicos, colección Espasa
-Wikipedia
Un saludo
¿que te ha llevado a iniciar el Blog con este hecho histórico de entre tantos?
ResponderEliminarBueno, pues vi el cuadro, en uno de los Episodios de Galdós (al que hago referencia en las fuentes), y me encantó, me pareció realista y conmovedor, siendo el pintor capaz de atrapar el drama en los rostros de los personajes. Así que lo elegí como cabecera para el Blog, ya que es un episodio contemporáneo (de la Historia Contemporánea), y además refleja muy bien lo que por desgracia ha sido el pan nuestro de cada día de los españoles en buena parte de los siglos XIX y XX.
ResponderEliminarMe pareció adecuado dedicar mi primera 'entrada' del blog a explicar un poco la pintura y el hecho que nos muestra.
Un saludo
Debo actualizar:
ResponderEliminarahora no se cuentra solo "El fusilamiento de Torrijos" tras el título del Blog.
Va seguido por "El café", de Ricardo Balaca y Orejas, que se halla en el Museo de Bellas Artes de Bilbao; y por la famosa fotografía que inmortalizó a Lenin en uno de sus discursos.
Saludos